La demanda mundial de carbón alcanzará este año una cifra récord de más de 8.500 millones de toneladas, lo que implica un incremento del 1,4%, aunque la institución con sede en París señala las profundas divergencias entre las economías, así como la expectativa de que el consumo disminuya gradualmente hasta 2026, lo que supone la primera previsión de caídas en el uso de esta fuente de energía para el horizonte de previsiones.