El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha afirmado, sobre el impuesto establecido por el Gobierno para gravar con el 1,2% las ventas de las energéticas con unos ingresos superiores a 1.000 millones anuales, que considerar extraordinario un beneficio derivado de un «gran esfuerzo inversor» es «injusto e incomprensible».